“La Pedagogía de Paulo Freire en la Experiencia Siquiátrica de Alfredo
Moffat: Articulaciones y Diferencias”
Encuadre metodológico: A partir
de un estudio de caso: el de Silvio Montes, interno del Hospital Borda por
16 años, devenido en marionetista en el Frente de Artistas de esa institución
de encierro, quien logra su emancipación
como paciente-artista, al mismo tiempo que la de sus compañeros-, nos permite comprender esta experiencia, la cual se enmarca en un
proceso más amplio, denominado “desmanicomializacion”. Pedagogía del Oprimido nos permite
identificar al sujeto de estudio y entender el camino emprendido hacia su
liberación.
Recursos
didáctico-comunicacionales:
-Proyección de una secuencia del
documental: “De Artistas y de Locos”. (Frente Artistas del Borda). http://www.fulltv.com.ar/ver/pelicula-de-artistas-y-de-locos-85-19527.html
-Exposición de la experiencia a
partir de: “Pedagogía del Oprimido” (P. Freire). “Sicoterapia del Oprimido (A:
Moffat) y “Enfoques de la Enseñanza” (Fenstermacher). “Estructura de una
Escuela destinada a la Formación de Sicólogos Sociales” (P. Riviere).
-Duración: 15 minutos áulicos y
entrega de propuesta para consultas y aportes.
Alfredo Moffat y Enrique Pichon Riviere |
Desarrollo.
En primer lugar, es preciso tomar
el tema generador para facilitar el dialogo involucrante con la experiencia que
nos llevo a la praxis desmanicomializadora:
“…pueden contar su mundo”, había dicho Silvio a mi pregunta respecto al
éxito de su Taller de Marionetas, con sus compañeros, todavía “locos internos”.
A los efectos de no forzar
demasiado ambas praxis (La freidiana, que llamaremos con Fenstermacher:
emancipadora y la Moffatiana :
desmanicomializadora. Ambas, reconocen en esta propuesta, un contexto
ideológico mas amplio, junto a los neo marxistas como Liberadoras), digamos que
usaremos un concepto general, (más allá del restringido que asocia alfabetización como sinónimo de
lecto-escritura), el cual hace referencia a la capacidad de apropiación y uso
de multiplicidad de lenguajes.
En ese sentido, la experiencia del
Borda es directamente artística
(plástica, música, danza, teatro)lo cual, a través de la acción política
modifico estructuras institucionales y por ende una porción importante de esas
instituciones, como son los registros escritos en las aéreas técnico-administrativas
que formalizan y regulan a perpetuidad,
las relaciones interpersonales e intergrupales, mediadas por la burocracia .
Además podemos ver un choque virtuoso de
dos procesos igualmente alfabetizadores. (Uno que reproduce, otro que transforma).
Sobre el tema de la “alfabetización
artística”, Freire refiere: “El educador es también un artista, redibuja el
mundo, repinta el mundo, re canta el mundo”.
Decía esto a partir de que el educador no debe prescindir del contexto
para enseñar pero ¿Qué pasaba cuando ese contexto social se encontraba “hecho
pelota”?. Bueno, decía precisamente eso,
recurre a la metáfora del rol docente como “artista”. Tanto para Alfredo
como para Freire se trata del sujeto convocante “oprimido”. Ambos, buscan
convocar la experiencia de ese sujeto. Este último, dirá que todos estamos
condicionados pero no determinados y en cuanto tales, poder luchar por la
liberación. Es más, estar condicionados es condición para luchar por esa
liberación va a decir Pablo. Es lo que
hicieron en el Borda.
Estas verdaderas “reflexiones sobre la opresión”,
(en palabras de Lidia Rodríguez), nos han posibilitado hasta aquí, trazar un
paralelo en el esfuerzo de interpelar las experiencias del sujeto para que,
desde allí, surja tanto el “inédito viable”, del “método Freire” , como el “reparto de la
locura” en la sistematización teórica, a partir de la experiencia de
“Cooperanza” de Moffat. O sea, dicho de
la manera inicial, establecer articulaciones.
Sin embargo, aun nos queda por
dilucidar el segundo aspecto de esta propuesta: sus diferencias.
Las reflexiones sobre la
opresión, son también y precisamente las que nos llevan a especular sobre la
vigencia de la alfabetización emancipadora/autonómica, en un contexto de encierro,
como lo constituyen, queramos o no, la escuela y el loquero, que reconocen como
modelo, la institución carcelaria.
Moffat propone la
“desmanicomializacion”, modificando el contenido comunicacional de sus actores:
paciente-siquiatra-familia, mientras
Freire, si bien, en su “Pedagogía del Oprimido” , no hace eje en la educación
escolarizada, en una segunda etapa de producción y gestión, reconoció y utilizo la escuela como forma
organizacional del Estado donde se desarrollara el currículo con sus tres
componentes: Educador-discente-contenido.
La alienación de la ignorancia,
entendida en Freire como el estado del
sujeto oprimido, por fuera de la palabra provista por el proceso de
alfabetización escolarizado, será el punto de partida en Moffat, para producir
la ruptura epistemológico-terapéutica por dentro de ese proceso alfabetizado
que son los rituales del loquero, (diagnostico y medicamentos reemplazantes de
los chalecos y electro shocks) y productores de una alienación manicomializada,
a través de otro proceso de alfabetización, al que llamamos “artístico”, el
cual reemplaza la institución manicomio por el de Comunidad Terapéutica
Dicho en otras palabras, la
ignorancia, es alienante para Freire, mientras que auto determinativa para
Moffat. El punto es, que ignoramos, y a que accedemos, como procesos
alfabetizadores.
Resumen:
Las Categorías
Freire
Moffat
-Inédito Viable. Conciencia
Crítica -Autonomía y Auto
determinación
-Tema Generador.
-Cultura Popular
-Practica de la Libertad
-Redistribución de la Locura.
-De la práctica a la teoría.
-Praxis
Conclusión
El avance en el cambio de la
conciencia, como vimos en el cuadro anterior, parece ser el principal legado de
estas propuestas activas de construcción social a través de una pedagogía
terapéutica transformadora.
El mayor desafío, también abierto
por estas propuestas, tiene que ver con las cuentas pendientes que tenemos con
ese sujeto (social) liberado y
liberador, del cual somos y, a veces, nos sentimos parte.
La mayor contradicción principal,
también abierta en y a partir de estos procesos, que reconoce contradicciones
secundarias no menores en el camino de la liberación (la categoría freiriana
aquí utilizada tiene el propósito de que no se vean como obstáculos insalvables
sino como parte integrante de un dispositivo consciente por lo ideológico y
operativo por lo metodológico), una práctica emancipadora como practica de la
libertad y la ideología adaptativa-represiva que proponen las instituciones de
encierro, como la escuela y el loquero y que tomaron como modelo histórico, la
cárcel.
Freire hablara de los
intersticios y grietas por donde fluye su propuesta, el vientre del monstruo
dirá Moffat. Ambos nos interpelan como sujetos liberadores condicionados por la clase de pertenencia
(clase media garantizadora del orden capitalista, teniendo a la escuela y la
iglesia, principales instituciones como poleas de transmisión de los sectores
dominantes a los sectores oprimidos) a superar
aquella metáfora del “Sísifo de la Modernidad”: “empujar el bote
desde adentro”.
Por último, los aportes de
Fenstermacher y Pichón Reviere, nos refieren al involucramiento del docente en
el grupo social oprimido de la clase escolar, con aportes metodológicos
convergentes.
Nos atrevemos a aventurar una
tesis de actualización para evitar los anacronismos de interpretación al
analizar textos no contemporáneos entre sí, ni con la realidad actual de
nuestra sociedad: el rol docente a sufrido una subsunción en el grupo de
oprimidos, escolarizados o no, y ensaya
la batalla por la liberación colectiva, luego de las experiencias de
radicalización de lucha de clases, de los 70, donde , a su pesar muchas veces, lo encontró del bando
equivocado.
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